Desde los días de
la Primera Guerra Mundial el Goldmark, la moneda del Imperio alemán, había
sufrido una grave pérdida de valor real y de poder adquisitivo pues el gobierno
germano emitió papel moneda para hacer frente a sus necesidades derivadas de la
guerra, llamando Papiermark a estas nuevas emisiones. Debido a las urgencias
nacidas del conflicto, el Papiermark carecía de respaldo en oro y no era
convertible en este metal precioso, lo cual era una situación inusual para la
época, donde el esquema del patrón oro requería que todas las emisiones de
papel moneda de un país estuvieran respaldadas en oro precisamente para
garantizar su valor. La República de Weimar había heredado la moneda depreciada
del gobierno imperial y también carecía de reservas de oro suficientes, por lo
cual se siguió usando el Papiermark como dinero sin respaldo. El Papiermark,
pese a la exigencia de las reparaciones, mantenía un tipo de cambio
relativamente estable en los 60 marcos por cada dólar estadounidense durante la
primera mitad de 1921. Sin embargo, el ultimátum de Londres por las
reparaciones de guerra de mayo de 1921 demandó un total de 2.000.000.000 de
marcos de oro anuales, una suma elevadísima y sin precedentes que representaba
más del 26% del valor de las exportaciones alemanas.
Causó un severo daño a la economía, en tanto
la República de Weimar debía utilizar papel moneda impreso apresuradamente para
cubrir sus demás actividades, y parte de la riqueza generada por la economía
local era absorbida por la urgencia de pagar reparaciones de guerra. El
gobierno germano recurrió a la emisión de papel moneda principalmente para
afrontar sus propias necesidades internas. Al aumentar desmesuradamente el flujo
de dinero circulante entre la población, éste empezó inevitablemente a
devaluarse.
Fernando Gallego Palomino 1ºA
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