El capítulo trataba sobre que Homer Simpson también invierte en Bolsa, y el tío es tan bueno que hasta gana dinero. Resulta que Homer tiene acciones de la central nuclear en la que trabaja, ya que los trabajadores renunciaron a ciertos derechos de su trabajo en la central nuclear a cambio de ellas. Estas acciones cotizan a precios muy bajos. Sin embargo, llega un momento en el que se empieza a rumorear que unos alemanes quieren comprar la central y las acciones suben 25 céntimos más.
En ese momento Homer llama a su jefe y le explica que sus acciones han subido tras diez años y decide vender todo por la maravillosa cifra de 25 dólares. Invierte esos 25 dólares en cerveza de importación y explica su modelo de éxito a la hora de invertir a sus compañeros de taberna: “compra barato y vende caro ese es mi lema” .
Mientras Homer se toma su bien merecida cerveza, su familia se entera de la noticia de la subida de acciones y, haciendo cálculos, descubren que su inversión tiene un valor en esos momentos de 5.200 dólares. Cuando Homer llega a casa y cuenta que ha vendido sus acciones por 25 dólares y que ahora valen 5.200 dólares os podéis imaginar lo que pasa. El bueno de Homer, sin quererlo, nos da una lección de lo que no hay que hacer.
Posdata: Agustín sé que estas entradas las debía de haber echo en su momento, pero hay un refrán que dice: "Que lo bueno se hace esperar", ¡pues ahí lo llevas!
Teresa Sosa Gómez , Economía
No hay comentarios:
Publicar un comentario